Los que estan de chismosos

lunes, 7 de mayo de 2012


 Disculpen la tardanza, me he desocupado un poco, y prometí diseñar algo para el día del diseñador, les dejo un humilde regalo. 
Un poco inspirado en nuestro volcán que ha estado un poco de mal humor. 


Sorry for the delay, my promise was to design something for the day of the designer, I leave a humble gift.
I was inspired by our volcano, is a little angry.


miércoles, 18 de abril de 2012


“Los espacios vacíos y fríos, se llenan de un calor paternal”

Hoy, miércoles 17 de abril, fue uno de esos días malos, bueno, eso pensaba.

Me desperté como todos los días, con un poco de hambre, un leve sueño, en bóxers. Me senté en la orilla de la cama uno segundos antes de levantarme como suelo hacerlo, recomendación de la doctora, hermana mía. Es algo así como cuando prendes un auto y esperas a que circulen todos los líquidos antes de empezar a  conducir. Noté que el desgarre de mi pierna por el entrenamiento anterior, iba mucho mejor, aquél dolor  había cesado por completo. Apliqué un poco de pomada en la entrepierna y muslo trasero, coloqué una venda, me puse el pantalón a rayas que suelo usar mientras duermo, y una playera blanca. Entré al baño por ese reflejo natural de la vejiga que acumuló líquidos durante toda la noche. Me quité algunas lagañas, y bajé hacia la cocina. Saludé a mis padres quienes ya habían terminado de desayunar, a lo cual, hice lo propio.

Al terminar el desayuno hice lo normal de todos los días, detalles sin importancia. Más adelante mi padre me comentaría que lo acompañase a checar algunas cosas fuera de casa, a lo cual accedí. Transcurrieron horas y minutos, hubo disgustos con mi padre, molestias por todo, al llegar a casa, las cosas seguían igual, un poco descansadas, pero era lo mismo.

Sentados en la mesa con un cubierto bien puesto, se daba a conocer el amor de una cariñosa esposa y madre. Únicamente 3 lugares y comida caliente; tortillas, carne asada, sopa, frijoles y agua, siempre el gusto de mi madre cuando llegamos a comer a casa.

Empezaron los sonidos agudos de los cubiertos, primero las cucharas mientras se degustaba la sopa, después, chillaron los tenedores que afianzaban la carne, mientras aquél cuchillo acompañado de una comparsa chillante, apoyaban la situación incómoda. Los sorbos de agua, a ratos, hacían sonidos nulos, espacios vacíos que ponían más embarazoso el ambiente. Unas  cuantas oraciones se cruzaron, sin pasar más allá de 20 palabras.  Al cabo de unos minutos, sonaron las ropas tallando las sillas, sonidos inequívocos de que nos habíamos levantado después de probar tan ricos guisos. Las molestias siguieron, no se decía nada más.

Llegada la noche,  resignado por lo que había pasado, seguía con la misma postura incómoda y molesta con mi padre. Bajé a cenar con mi madre,  papá salió, demoró alrededor de 15 min, y a su regreso, traía consigo una bolsa de plástico. Una clásica imagen corporativa  y unos colores trillados denotaban que la bolsa pertenecía a una cadena farmacéutica. Papá la dejó en la mesa de la cocina, sacó una caja de esas pastillas grandes efervescentes para las agruras, mi madre, por el otro, tomó una caja roja mientras me decía que lo había comprado mi papá para mitigar los dolores de aquél desgarre. Tuve cierta incomodidad, no lo necesitaba o no lo quería necesitar. Al cabo de una hora, accedí, entré a mi cuarto con la caja roja, era un ungüento que se frotaba en la pierna, genera calor, disminuye todos los síntomas de inflamaciones, dolores, desgarres etcétera.

Mientras me aplicaba ese gel en círculos pequeños por la entrepierna y muslo trasero, me pasaban por la cabeza destellos de los momentos en los que me enojé con mi padre. El gel, que contiene mentol y tiene un efecto rubefaciente, hizo que comenzara en mi pierna un calor intenso, de pronto, fue como si mi padre tuviera su mano sobre mi pierna, dándome suaves masajes, como si me dijera, “te sientes mejor?”, mientras yo respondía, “si pa, gracias”. Fue el mejor momento del día. Me senté, recordé todo lo que había pasado  y ya no me importo más.

Esos espacios de silencio, corazón vacío, y un ambiente frío, mi papá los supo llenar de calor, un calor paternal, entonces exclamé, ¡qué excelente día!.  

jueves, 2 de febrero de 2012

Semillas de la Paz, el poder del diálogo

Cartel para concurso en Italia: "Semillas de la Paz; el poder del diálogo".

domingo, 15 de enero de 2012

Reflexión del día

Hoy en día, el ser humano debería tener oídos en el cerebro, y una boca en el corazón. Arturo Colombres M.